

Diarios Limeños
JOSÉ ALE BERRIOS
(HEROE DE LA OCUPACIÓN DE TACNA)

Esta es la historia de uno de los muchos personajes anónimos que nos dejó la cruenta guerra con Chile en 1879 – 1883. Los hechos suceden durante la ocupación chilena de Tacna y Arica. Como es de conocimiento histórico, éstas dos ciudades deberían ser devueltas al Perú después de 10 años a territorio peruano pero Chile impone un plebiscito y a través del resultado de esas votaciones se sabría si Tacna y Arica regresaban al Perú. Los chilenos desde el primer momento comenzaron a invadir dichas ciudades con sus compatriotas y a realizar acciones de amedrentamiento y represalias contra los peruanos que en silencio se rebelaban contra el tirano invasor.
José Ale Berrios fue un agricultor tacneño que hizo frente a los chilenos. Mantuvo una resistencia pacífica y nunca acudió a los llamados a reuniones donde se adoctrinaba a los peruanos con el fin de que sean chilenos. A continuación transcribo el artículo de una revista tacneña narrando los hechos de como asesinaron a éste héroe desconocido.
ASESINADO EN CALIENTES
JOSÉ ALE BERRIOS
Los agricultores fueron uno de los blancos predilectos del infame invasor durante las horas oscuras del cautiverio.
La noche oscura cubrió la arremetida de los infames asaltantes chilenos. Llegaron hasta la modesta vivienda de quincha y luego de golpear la puerta, esperaron. A los pocos minutos, José Ale Berrios despertó sobresaltado. ¿Quién podría ser a tan altas horas de la noche? ¿Algún vecino en problemas? ¿Quién llegaría a buscarlo en medio de su chacra de Calientes?
Por no alarmar a sus pequeños hijos y a su esposa con quienes compartía la habitación de su humilde morada, se levantó rápidamente del lecho y abrió la puerta.
Al hacerlo, tres personas se abalanzaron contra él y sin darle tiempo a defenderse lo empezaron a golpear entre insultos. Una vez caído en tierra, Ale Berrios, intentó como pudo cubrirse de los certeros ataques, pero ya era tarde, el golpe de un mazo le partió la cabeza en dos muriendo en el acto.
Su esposa María Grimanesa Melchor, luego de esconder a sus hijos como pudo, salió en defensa de su marido. Ella también fue golpeada con salvajismo para luego ser amarrada con una soga. Casi inconsciente pudo ver como a pesar de estar ya muerto su marido seguía siendo golpeado con salvajismo.
Luego los cobardes victimarios condujeron a la viuda ante la autoridad donde fue obligada a firmar una declaración en la que se dejaba constancia que los asesinos eran elementos peruanos. Sin embargo, gracias al concurso de peruanos acreditados llegados desde el norte para trabajar en las diversas comisiones que el plebiscito exigía se pudo saber la verdad.
El único “crimen” de José Ale Berrios, vecino de Calientes, fue el de no asistir a muchas de las reuniones a los que eran llamados los agricultores de la zona periódicamente, convocados por el Intendente chileno Barceló Lira, en las que se les exhortaba en favor de Chile para lograr el triunfo mapuche en el plebiscito, siempre bajo amenazas.
José Ale Berrios, por su actitud patriótica, al reconocer solo al Perú como su única Patria, quedó pronto bajo sospecha y siendo tiempos en que el ejemplo de lealtad debía ser borrado fue eliminado cobardemente por el salvaje invasor que, como era su costumbre, atacaba a los peruanos siempre en superioridad numérica, solo si estaban seguros que iban a vencer.
La historia de José Ale Berrios no debe ser olvidada. Es nuestro deber transmitirla a las nuevas generaciones. Es nuestro deber sentirnos orgullosos de nuestros patriotas antepasados.